Detrás de la destrucción del desarrollo sigue el sentido del progreso. Que se ve reducido a la faz individual.
Pero ese progreso se vuelve ilusorio ante la falta de oportunidades.
Y sobreviene el desaliento.
¿A quién no le pasa hoy que su trabajo no le reditúa todo lo su esfuerzo vale, o lo que sucede con quienes no consigue insertarse?
El cambio en la matriz productiva, es un cambio en el mundo del trabajo. Que en este caso es el resultado de la relación trabajo-capital-gestores en el estado, sumado a una fuerte ideologización.
Parece que no hay rumbo. Hay modas, y estilos, las formas de la confrontación y la polarización estratégica.
La tradición economicista de la escuela austriaca y el liberalismo mal entendido (reducido a su faz económica, desconociendo la política) es una amenaza para nuestras repúblicas democráticas.
Argentina no tiene razones del orden internacional para priorizar este tipo de doctrinas, ni razones de Estado, ni va con sus necesidades.
Un estado desguazado nos deja a los ciudadanos a merced de los poderosos, que tienen intereses en el lucro y no en la humanidad.
No hay razones para dejar la OMS, salvo que se quiera dar rienda suelta a las «industrias» de la salud donde las personas no son pacientes, son clientes y mercancía. Pues de ellas solo interesa lo que puedan pagar. Así la salud de calidad se vuelve un bien de lujo, solo para los que la puedan pagar. El sistema de salud queda como un reducto subsidiario de emergencia al que caen todos los que se van cayendo de los otros dos sistemas, privados y de OS.
La economía se frenó y se enfrío, los niveles de inflación son menores rondando una cifra mensual. Pero la restricción de Laffer enseña que a menor inflación, menor ocupación de la economía. Es decir, menos trabajo. En el primer año de Milei se perdieron cerca de 1500.000 empleos formales.
Y el resto de los empleos están virando, hacia la provisión de servicios al exterior con bajísimo redito económico, fuera del sistema legal… es decir que sin la protección de la LCT y del sistema de Salud y Previsión Social a los cuales no aportan.
Vamos rumbo a una crisis en muchos frentes. Y en el medio, están los ciudadanos… desamparados.
50% de la población no come bien.
¿Desde cuándo comer es un bien de lujo en un país que produce alimentos y los exporta?
Esto es también responsabilidad de haber puesto el foco en problemas de las minorías y colectivos minoritarios dejando de lado lo intereses de la mayoría de la población. Esto explica la ola reaccionaria, la gente tiene problemas tangibles, más ahora. Pero no siente el odio moral de que los recursos vayan a otro lado. Al menos no visiblemente, porque en el mundo de las finanzas nacionales y privadas, que para muchos es ajeno, ha habido ganadores en las Políticas que implementa este Gobierno, pero la gente no los ve.
Y ojos que no ven, corazones que no sienten.

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