Vivimos un momento histórico de redefiniciones en el ámbito de la política. Nuestra vida ha cambiado rapidamente por la tecnología, IA, Agentes, Big Data, interfaces cerebrales de comando no invasivas, etc.

Al mismo tiempo la burocracia es lenta y la política carece de liderazgos.

De un lado Milei está embarcado en una utopía anarco capitalista que quiere abolir el estado al mejor estilo Marxiano (de Marx). Mientras que al otro el peronismo sueña con restautar un Estado de Bienestar.

Pero la realidad es más compleja que eso. Ni el proyecto neoliberal de Milei nos da respuestas para desarrollarnos como nacion y fortalecer nuestro Estado Social de Derecho (que es mandato constitucional). Ni el proyecto del peronismo se a puesto a actualizar seriamente la praxis del Estado que vendrá.

Hoy vamos rumbo a un nuevo tipo de Estado que deberá ser inteligente, digital, garantista, accountable, democrático, innovador y desarollista.

El Estado necesario se discute poco. Esté reducido a una discusión sectoial de la academia, a algunos cuadros técnicos y a la inteligenica de pocos dirigentes que tienen la brillantez de comprender y liderar.

El Estado posible, es otra discusión.

Ámbas son discusiones políticas. Al mismo tiempo la política cambió: si antes bastaba con ser un buen orador (ethos, logos y los pa(ti)thos en fila), hace bastante que con eso no alcanza. La tecnica había llegado para quedarse y el camino era la compartimentalización de saberes y la hiperespecialización.

El sistema educativo «formaba» como en una linea de ensamblaje con un espiritu fordista: preescolar, escuela, secundario (hasta aca la educación obligatoria, deberiamos actualizar esto) , universidad, posgrados con sus niveles de Especializacion, Maestría y Doctorado. Que conviven con los MBAs y similaeres de las escuelas de negocios. Seguimos oficialmente con este sistema, al mismo tiempo que los destinatario del mismo se encuentran en las plataformas de educación digital MOOCs, Coursera, Edx, YouTube, o mediante aprendizaje tutorizado por ChatGpt, Gemini, Perplexity, etc.

Hoy la formación continua ha reemplazado a las carreras formales. No solo porque la irrpución digital a trastocado todo el sistema de acreditación de saberes, sino también porque los nuevos saberes se desarrollan casi en sincronía con las innovaciones tecnológicas y sociales.

La cuarta revolución industrial ( IA, IOT, Robotica y Automatizaciones) ha venido a romper con la forma universalista de enseñar y aprender. No se ha vuelto obsoleta, le cambia las prioridades (si bien el espiritu que da nacimiento a la universidad no era inicialmente la acumulación desaberes con sentido puramente utilitarista), hoy tenemos la idea de que se va a la universidad y a la escuela para conseguir mejores trabajos, ascender socialmente y acceder a otro tipo de oportunidades. Es una creencia muy arraigada en argentina y una oportunidad.

También deberemos cambiar el paradigma de los servicios y capacidades estatales, inflexibles y estancos e ir hacia la interdiciplina, la interdependencia, la interoperatividad y sostener políticas públicas inteligentes. El paradigma de la regulación tiene mucho para aportar. Necesitamos un estado regulador. Una democracia que marque el rumbo y fije las pautas.

Hacer política normalmente se asocia con proponer el fundamento de la sociedad (fundamento primero) y poco se pienzs en definir los alcances de nuestra convivencia (fundamentos últimos) u horizontes deseables. Esto también debe persuadirse e integrar las campañas y los gobiernos.

Pero no estamos solos en el vacío, somos parte de una historia nacional, con un espiritu popular particular, con una declaración de alcance para todo proyecto nacional de polítia que pretenda conducir mediante el gobierno al Estado.

Y esa declaración de alcance, que pone los pisos minimos, es nuestra constitución nacional.

Y la constitución es clara cuando nos dice que Argentina es una republica que toma la forma de un Estado Social de Derecho y Demorcático que es Representativa y Federal.

Hay que aplicar la metodología del proyecto político con criterio y crítica, e inteligencia logica y creatividad para recuperar la legitimidad democrática, la gobernabilidad, la estabilidad política, el desarrollo económico y social.

Recordando siempre que la democracia es un sistema que conjuga liberalismo político con soberanía popular: es decir, los criterios del mérito y la igualdad, por igual.

El secreto es el equilibrio.

Lo mismo deberíamos demandar de nuestros líderes (empresariales, de la sociedad civil y políticos) y del Presidente de la Nación: equilibrio. Prudencia.


Comentarios

Deja un comentario