Para ser un consultor político destacado, no podés ser un agente secreto. Necesitar tener transparencia y ética en tu negocio, con vos mismo y con tus clientes.
Tampoco podes salir a hacer la campaña del intendente y golpear puerta a puerta, presentandote esponaneamente a posibles clientes.
La consultoría exige un equilibro sensible entre publicidad y privacidad. Un buen consultor lo sabe. Mantiene discreción, respeta la confidencialidad y el secreto profesional. Pero también se permite analizar la política desde una posición no partidaria ( ¿o sí?,- depende de cada colega), con una ética profundamente democrática y expresar una opinón.
Siempre se puede aportar un insight al debate democrático. Algunos lo hacen desde grandes medios, otros desde radios comunitarias a blogs (como es mi caso) o a redes, como muchos colegas que se adaptan muy bien al formato audiovisual.
En lo personal encuentro una mágia en la palabra escrita que es inenajenable, a demás es polivalente. Te permite captar de un vistaso la idea general, te permite profundizar en una idea compleja con detenimiento, te permite el tiempo necesario para reflexionar sobre lo que estás incorporando, entre otras virtudes.
Una buena forma de estar presente es aportar ideas que resuelven problemas desde la palabra escrita. Otra es aportar información valiosa que peude servir como insumo al análisis. Otra es aportar esos análsis.
Es importante también transmitir quien es uno, su formación, sus intereses, su lado humano y creativo… la política es un arte profundamente humano: estudiamos conductas de personas, esa es la materia prima de nuestro arte. Y muchas veces buscamos modificar esas conductas como consultores desde la comunicación y el marketing político. O desde las artes del análisis de políticas públicas, mas que nada en gobierno.
Por eso, si sos consultor:
Ni agente secreto, ni candidato a intedente.

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