🧭 Pensar desde las provincias: por qué el peronismo nacional necesita crear think tanks federales*

*Prompteado con IA

El peronismo vive un momento de desconcierto. El liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner marcó una etapa, pero ya no alcanza con la centralidad de una figura fuerte. La política cambió: la conducción vertical se agota frente a una sociedad más fragmentada, redes territoriales más autónomas y una opinión pública que no espera órdenes, sino ideas.
Hoy el desafío no es solo reconstruir liderazgo, sino reconstruir inteligencia política.

🌐 Del poder de mando al poder de las ideas

Durante décadas, el movimiento justicialista tuvo una maquinaria formidable para transformar intuiciones políticas en acción de gobierno. Pero gran parte de esa inteligencia institucional se fue diluyendo: el Estado perdió cuadros, los gobiernos locales trabajan aislados, y el partido no logra generar pensamiento estratégico.
En otras palabras, el peronismo sufre un déficit cognitivo: sabe hacer política, pero no está pensando políticas.

En un contexto donde las decisiones públicas son cada vez más técnicas, globales y complejas, el poder ya no depende solo del liderazgo, sino de la capacidad de producir conocimiento aplicable. Y ahí entra en juego una idea que el peronismo debe hacer propia: crear una red federal de think tanks provinciales.

🧩 Qué son y para qué sirven

Un think tank no es una oficina de papers ni un club de expertos. Es un espacio donde se producen y traducen ideas en decisiones: diagnósticos, alternativas, evaluaciones, estrategias. En países donde los partidos sobrevivieron a la crisis de representación —como Chile, México o Brasil— los think tanks jugaron un rol clave para conectar técnica con política.

El politólogo Andrew Selee, del Wilson Center, dice que todo think tank debe tener claro qué busca lograr, a quién quiere influir y cómo medirá su impacto. No se trata de acumular papers, sino de incidir en el ciclo de las políticas: desde el diagnóstico hasta la implementación.
James McGann, otro referente del tema, mostró que los think tanks más influyentes en el desarrollo social son los que logran construir redes y traducir conocimiento técnico en acción pública.
Y en América Latina, como explican Adolfo Garcé y Gerardo Uña, esas redes solo funcionan si se anclan en las realidades locales y cooperan con los gobiernos y partidos.

🏗️ Un peronismo que piense desde las provincias

La propuesta es simple pero potente: que el Partido Justicialista impulse una red de think tanks provinciales, articulados nacionalmente, que produzcan conocimiento estratégico desde cada territorio.
Estos espacios no deberían ser estructuras burocráticas, sino laboratorios de innovación política: lugares donde equipos técnicos, académicos y militantes analicen problemas concretos —educación, desarrollo productivo, ambiente, inclusión— y propongan soluciones ajustadas al contexto local.

Cada centro provincial podría funcionar en alianza con universidades públicas, sindicatos, gobiernos locales y organizaciones sociales.
El objetivo: formar analistas de políticas públicas con mirada territorial, que comprendan su provincia pero se integren a una estrategia nacional.
En el siglo XXI, el federalismo se construye también con conocimiento.

🔄 Pensar en red, gobernar mejor

El modelo no es nuevo: en Estados Unidos, el Center on Budget and Policy Priorities coordina más de 40 think tanks estatales que alimentan la política federal con información local.
Un esquema similar permitiría que los think tanks justicialistas:

  • produzcan evidencia sobre políticas públicas locales,
  • asesoren a gobiernos provinciales y municipales,
  • formen cuadros técnicos propios,
  • y elaboren propuestas nacionales con base territorial.

Así, el PJ podría reconectar su estructura política con su base de conocimiento, generando una nueva forma de liderazgo colectivo: menos carisma, más inteligencia compartida.

🧠 Del liderazgo al aprendizaje colectivo

En tiempos de crisis y desorientación, el movimiento necesita algo más que una figura que ordene: necesita una estructura que piense.
Los think tanks provinciales pueden ser el motor de una nueva etapa del peronismo: un peronismo que investiga, analiza, planifica y aprende.
Un peronismo que se reencuentra con su vocación de gobierno, no desde la épica del mando, sino desde la eficacia de las ideas.

El siglo XX fue el del líder; el siglo XXI será el de las redes.
Si el peronismo quiere seguir siendo la columna vertebral del país, debe construir redes de conocimiento que piensen la Argentina que viene, con los pies en cada provincia y la cabeza en un proyecto común.