El peronismo frente a la Cuarta Revolución Industrial: pensar un nuevo proyecto nacional desde las políticas públicas*

*Prompteado con IA

La humanidad atraviesa una transformación estructural de magnitud comparable a la Revolución Industrial del siglo XIX, pero con una velocidad y un alcance que desbordan cualquier precedente histórico. La irrupción de la inteligencia artificial, la robótica, la automatización, la biotecnología y la digitalización del trabajo está redefiniendo las bases mismas de la producción, del empleo, de la vida en sociedad y, en definitiva, del sentido del progreso.
Para el peronismo, este nuevo escenario no es un dato técnico: es un campo de disputa política, cultural y moral. Porque allí donde el capital global ve eficiencia y reducción de costos, el justicialismo debe ver humanidad, dignidad y justicia social.

El nuevo orden de los problemas públicos

Durante gran parte del siglo XX, las políticas públicas se organizaron en torno a una matriz de problemas vinculados a la industrialización, la urbanización, la educación masiva y la inclusión social.
Hoy, sin embargo, las transformaciones tecnológicas están reconfigurando el orden de esos problemas. La automatización del trabajo plantea desafíos radicales a la noción de empleo como organizador social. La IA redefine la frontera entre el conocimiento humano y el cálculo técnico. Y el capitalismo digital concentra datos, poder y decisión en plataformas globales que desafían la soberanía de los Estados nacionales.

En este contexto, el proyecto nacional peronista debe preguntarse no sólo cómo distribuir los frutos del trabajo, sino qué significa el trabajo en una era donde el trabajo desaparece. Debe repensar cómo proteger y potenciar al ser humano en una economía donde la inteligencia algorítmica ocupa el lugar de la fuerza productiva.
El peronismo, fiel a su tradición humanista, tiene la responsabilidad de recentrar el debate en la dignidad del hombre y la mujer argentinos, no como engranajes de un sistema, sino como protagonistas del destino nacional.

Luchas irrenunciables del justicialismo en la era tecnológica

  1. Defender el trabajo como valor social, aunque su forma cambie.
    No se trata de resistir el cambio tecnológico, sino de orientarlo políticamente para que no erosione la cohesión social.
  2. Democratizar el conocimiento y la tecnología.
    El acceso a la inteligencia artificial y a la información no puede quedar en manos de unos pocos conglomerados globales. La soberanía tecnológica es una nueva forma de soberanía nacional.
  3. Construir un Estado capaz de aprender.
    En tiempos de incertidumbre, el Estado debe ser un actor inteligente, que experimente, evalúe y se adapte. Para eso, necesita analistas de políticas formados y comprometidos.
  4. Recentrar al ser humano.
    Si la economía tiende a deshumanizar, el peronismo debe ser el movimiento que rehumanice: poniendo la tecnología al servicio del bien común.

Una nueva agenda pública peronista

Las transformaciones sociales actuales obligan a revisar las jerarquías tradicionales de la agenda pública. Problemas como el empleo, la educación o la seguridad adquieren nuevos significados cuando se los mira desde la perspectiva de la automatización o del dato digital.
La agenda pública del siglo XXI ya no se define sólo por carencias materiales, sino por asimetrías de conocimiento y poder.
El desafío es político, pero también cognitivo: el peronismo debe construir una inteligencia colectiva que piense la nueva Argentina desde todos los rincones del país.

Una red federal de think tanks peronistas

Frente a esta complejidad, ningún dirigente, ministerio ni universidad puede pensar solo.
El peronismo necesita una red federal de think tanks que articule pensamiento, análisis y propuesta desde cada provincia y región. Estos espacios deben ser centros de análisis de políticas públicas que traduzcan los valores justicialistas en políticas concretas: desde la regulación de la IA hasta el diseño de modelos productivos sostenibles, pasando por la economía del cuidado, la innovación en salud o la soberanía alimentaria.

Esta red no debe reproducir burocracias partidarias, sino funcionar como un sistema de inteligencia estratégica del movimiento: generando diagnósticos, evaluaciones y alternativas que fortalezcan el proyecto nacional.

La formación de analistas de políticas peronistas

Para cumplir esa tarea, el movimiento necesita formar analistas de políticas con tres dimensiones inseparables:

  • Formación técnica, en análisis, evaluación y diseño de políticas públicas, con manejo de herramientas de datos, gestión de proyectos y prospectiva.
  • Compromiso político, con los valores del justicialismo y una mirada nacional y popular.
  • Perspectiva federal, capaz de interpretar los problemas desde cada territorio y vincularlos a una visión nacional.

El analista de políticas peronista no es un tecnócrata. Es un cuadro técnico-político que articula conocimiento y acción, ciencia y justicia social.

La gestión de proyectos como método del proyecto nacional

La gestión de proyectos no debe entenderse como una técnica importada, sino como un método de gobierno del futuro.
Cada política pública, cada iniciativa de desarrollo o innovación tecnológica, debe concebirse como un proyecto político con objetivos, etapas, actores y evaluación de impacto.
Formar cuadros con dominio en gestión de proyectos —con enfoque estratégico y visión nacional— es una necesidad técnica y política para diseñar un nuevo modelo de desarrollo inclusivo.

Conclusión: pensar con método, sentir con el pueblo

El peronismo nació como una síntesis entre pensamiento y acción, entre justicia social y organización. Hoy, esa síntesis debe actualizarse para la era digital.
Pensar el país no desde la nostalgia del trabajo perdido, sino desde la imaginación de un nuevo humanismo productivo.
Construir poder no sólo con movilización, sino con inteligencia pública distribuida.
Y hacerlo con la certeza de que las luchas por la soberanía tecnológica, la dignidad del trabajo y la centralidad del ser humano son, más que nunca, luchas irrenunciables del justicialismo.